Proyecto narrativo: Resumen de mi proceso de escritura



Luego de algunos inconvenientes tecnológicos y de torpezas tras torpezas comencé a recopilar mis ideas, no encontré otra alternativa.
Desde el primer momento me atrajo el territorio de la guerra, sabía que el proyecto debía basarlo en ese contenido, aunque no tenía muy en claro por qué. En cuanto al género estaba completamente “segura” de que no escribiría un texto ficcional, prefería escribir algo real.
La guerra me resultó impactante porque pensaba en las historias de quienes se han visto involucrados en ella.

Al leer el material sobre el territorio asocié los textos de Juan Goytisolo con hechos ocurridos en la última dictadura militar -un intento más de “memoricidio”- los libros incinerados, los exiliados, la censura, el saqueo moral, un contexto histórico y político en el que se aniquilan las ilusiones, los desaparecidos.
El personaje principal de “El sitio de los sitios” era un historiador que prácticamente vivía para realizar sus investigaciones en la biblioteca de Sarajevo. Durante la guerra el edificio fue incendiado destruyéndose así todos sus registros. El historiador perdió todo; años de trabajo, ilusiones y sueños. Más allá de las dificultades y los males que provocaba el conflicto bélico el daño más grande era aquella pérdida. “El objetivo de los sitiadores –barrer la sustancia histórica de esta tierra para montar sobre ella un templo de patrañas, leyendas y mitos- nos hirió en lo más vivo. Nuestro pasado y memoria, mi propia vida de asiduo de los archivos en donde me documentaba y enriquecía las fuentes de mi investigación, fueron reducidos a cenizas”.

Busqué vincular a este territorio con otras cuestiones y es increíble en todo lo que pensé, pero nada tenía sentido, nada me convenció y en definitiva no sabía qué contar.

Conseguí el cuadernillo de Misiones, en principio para leer el texto de Rodolfo Walsh y luego para ver si sería conveniente cambiar de territorio, pero no, regresé al de guerra. Tuve en cuenta la propuesta de partir de algunas consignas del cuadernillo “Viaje y Narración”, sabía que no iba a seguir ninguna al pie de la letra, pero entendí que podían ayudarme o inspirarme. Así, me decidí por otra opción, la guerra de Malvinas, y cambié mi elección de género (tal vez no estaba tan completamente segura) luego de preguntarme por qué me había negado a escribir ficción, si en realidad es un género que me atrae bastante. Además, nadie tendría que molestarse por lo que escribo.
Me interesó tener en cuenta las consignas de subversión duración y tiempo, y pensé en escribir un relato que comenzara con una anticipación. Así, desarrollé una idea que luego de varias idas y vueltas dejé inconclusa.

Investigué sobre esta guerra, busqué libros, además de otros materiales, en los que se contara cómo fue la vivencia de los conscriptos durante el conflicto armado y el después, el retorno a sus hogares.
Uno de los libros que conseguí fue “Los chicos de la guerra” de Daniel Kon, en él se encuentran las entrevistas que realizó el autor, a partir del 23 de junio de 1982, a ex combatientes conscriptos, quienes relataron lo sucedido en Malvinas, la vuelta al continente y el después, el regreso a sus vidas.
Algunos habían cumplido con el servicio militar obligatorio, pero igual recibieron la notificación para presentarse de inmediato en un regimiento.







El servicio militar obligatorio se instituyó en Argentina en el año 1904. Antes de su supresión era de 14 meses de duración y se lo conocía popularmente como "Colimba" (Correr, Limpiar y Barrer). Los varones al cumplir los 18 años, y en algunas épocas los 21, eran sorteados para realizar la conscripción en alguna de las tres fuerzas, sobre todo en el ejército.

En el año 1994, en un cuartel de la provincia de Neuquén, apareció el cadáver del soldado conscripto Omar Carrasco (de 18 años), fue asesinado por otros dos soldados instigados por un oficial. A causa del denominado caso Carrasco tomó estado público el maltrato a soldados. En ese mismo año, por un decreto presidencial, se derogó la ley del servicio militar obligatorio. Recordé haber oído tantos comentarios en esa época, todos disparates como el: “ahí se hacen hombres” y el “algo habrá estado haciendo” (pariente muy cercano del “algo habrán hecho”).


De repente, estos jóvenes, debían marcharse sin saber por cuanto tiempo, sin saber si regresarían. Muchos no pudieron avisarles a sus familias que iban a Malvinas. Recibían informaciones que indicaban cuando debían movilizarse hacia el sur pero oficialmente no les comunicaban hacia donde irían exactamente, o sea, se movilizaban sin saber hacia donde los llevaban.

No eran tratados como personas, eran números que se encontraban obligados a cumplir las órdenes de los "superiores", muchos con la sensación de que se dirigían hacia una aventura, sin ser concientes de que podían perder sus vidas o ver cómo las perdían sus compañeros.

Algo de lo que leí en este libro y pensé incorporar en mi narración fue lo que relató uno de ellos. Él y sus compañeros volvieron al continente en un vuelo de Austral, muy cómodos, pero a la ida, cuando volaban rumbo a Malvinas iban todos apretados, uno de sus compañeros hizo un chiste, les dijo que no se quejaran porque a la vuelta iban a regresar más cómodos, por qué le preguntó uno de ellos, porque vamos ser menos contestó y se hizo un silencio profundo. Quien relató esto luego explicó que fue cierto, regresaron más cómodos.

Los conscriptos aprendieron a convivir, no tenían otra opción, se acostumbraron a vivir como linyeras porque si durante la guerra se dedicaban a pensar sufrían y debían sobrevivir. Cuando comenzaron a faltar los alimentos aprendieron a robarlos ya que las provisiones que enviaban desde el continente no eran distribuidas.



Acerca del conflicto y sus causas:

La guerra de las Malvinas fue un conflicto armado entre Argentina y el Reino Unido que tuvo lugar en las Islas Malvinas -Georgias del Sur y Sándwich del Sur- tres archipiélagos situados en el Océano Atlántico, frente a las costas argentinas.
La misma se desplegó entre el 2 de abril, día de la invasión de las Islas por parte del Ejército argentino, y el 14 de junio de 1982, fecha de su rendición, lo que conllevó la reocupación de los tres archipiélagos por parte de Inglaterra.

Políticamente, en Argentina, la derrota en el conflicto precipitó la caída de la Junta militar que gobernaba el país y el retorno de la democracia en 1983, con el consiguiente juicio a las Juntas Militares por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno de facto; en el Reino Unido, la victoria en el enfrentamiento ayudó a que el gobierno conservador de Margaret Thatcher lograra la reelección en las elecciones del año 1983.

Las raíces del conflicto se vinculaban sobre todo con el colapso social, político y económico evidente (aumento de la desocupación, inflación, incremento de la deuda externa, luchas obreras, cierres de fábricas, represión brutal, y más.)
El jefe de la Junta Jorge Rafael Videla fue sustituido por el general Roberto Viola y, luego, éste por el general -embriagado de patriotismo- Leopoldo Fortunato Galtieri. La decisión de intentar recuperar las Malvinas fue tomada tanto por el efecto que podría conseguirse a la hora de desviar la atención social de los inconvenientes como por las posibilidades de recuperar el crédito perdido entre determinados sectores sociales y así lograr perpetuarse en el poder… por los siglos de los siglos. De este modo, el gobierno de Galtieri procuró fortalecer su posición política apelando a la euforia nacionalista que la recuperación de las islas podría desplegar.

Por su parte, el gobierno británico de la primera ministra Margaret “Dama de Hierro” Thatcher se enfrentó a una grave crisis política que provocó la renuncia del Ministro de Asuntos Exteriores además de las dificultades en lo económico (incremento del desempleo, del IVA y recortes sociales por doquier). Fue así que Marge, para mejorar su imagen política y obtener mayor popularidad, decidió dar marcha a la liberación de las islas.



La primera ocupación de las islas fue por parte de los franceses en 1963, los conflictos por su dominación primero se iniciaron entre el Reino Unido Francia y España, luego entre el Reino Unido y la Argentina que ejerció soberanía efectiva en el territorio hasta 1833 cuando fueron ocupadas por Gran Bretaña que años más tarde la declaró colonia. Desde entonces las gestiones diplomáticas en diferentes ámbitos, para lograr la restitución de las mismas, resultaron ineficaces.

El 18 de marzo de 1982 con motivo del desembarco de operarios a cargo del empresario argentino Davinoff -contratados para el montaje de instalaciones en desuso en Puerto Leight- se izó una bandera argentina, esto provocó un “sorpresivo” incidente con el personal británico y una posterior protesta formal de Gran Bretaña que impuso un plazo terminante para su desalojo. Argentina se propuso evitar que los expulsaran y se enviaron distintas embarcaciones a Leight.
Luego se llevó a cabo la Operación Rosario –integrada por las tres Fuerzas Armadas- que dio lugar a la toma del archipiélago de las islas Malvinas y su capital Puerto Argentino (Stanley para los ingleses). Gran Bretaña respondió con el envío de tropas y una dinámica decisión política y militar de recuperar Malvinas.
El apoyo latinoamericano a la Argentina fue casi unánime. El régimen de Pinochet, en Chile, adoptó una posición contraria.

El 2 de mayo, el submarino británico Conqueror torpedeó y hundió al crucero General Belgrano allí murieron 323 de sus tripulantes. Días después, aviones argentinos lanzaron dos Exocet AM-39 (misiles franceses arrojados por aviones Super Etendard) uno de ellos hundió al crucero Sheffield. El ataque dejó un saldo aproximado de 20 muertos y más de 26 heridos.


Crucero Sheffield







Crucero General Belgrano





Los ingleses desplazaron sus barcos al Estrecho de San Carlos, que separaba ambas islas, y finalmente desembarcaron al Noroeste de Isla Soledad. La ciudad capital de las Islas nuevamente fue tomada por las fuerzas británicas quienes avanzaron rumbo a Puerto Darwin, donde se produjo la violenta batalla Pradera del Ganso entre el 27 y el 28 de mayo. Murieron 55 argentinos. Entre el 10 y el 14 de junio, se ocasionaron feroces combates en muchos de los cerros que rodean Puerto Argentino: Monte Longdon, Monte Two Sisters, Wireless Ridge, Monte Tumbledown. Fueron breves, pero duros enfrentamientos en pésimas condiciones climáticas, en general por la noche y luego de demoledores bombardeos desde tierra, mar y aire.



Algunas de las ideas más fuertes de mi nueva narración surgieron luego de saber de la existencia de un libro titulado “Cruces: idas y vueltas de Malvinas” de María Laura Guembe y Federico Guillermo Lorenz. En el mismo se recopilan imágenes del antes y el después de la guerra, la vivencia de los conscriptos (la experiencia humana en relación con la guerra).








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